A veces es difícil darnos cuenta si estamos atravesando una situación de violencia. Muchas veces se presenta de formas sutiles y nos confunde. Te invitamos a que leas el primer artículo “Las señales de alerta” de la sección ¿Soy víctima? , que cuenta con una serie de preguntas que te pueden ayudar a pensar e identificar distintas situaciones de violencia dentro de tu relación.
No te quedes con la duda. Si no estás segura, pero pensás que tal vez estás atravesando una situación de violencia, acercate a algún centro de ayuda o llamá por teléfono a alguna de las líneas de atención (podés encontrarlos en la sección “Recursos”), y planteá lo que te pasa.
Buscá ayuda. Si sentís que te estás alejando de tus amigxs y familiares, intentá hablar con ellxs, explicales lo que estás viviendo y cómo te sentís. Contar con una red de contención es necesario para que puedas atravesar la situación acompañada.
Armá un plan de seguridad. Armar un plan de seguridad con anticipación es lo ideal pero, a veces, no queda más que salir corriendo. Aun así podemos anticipar algunas cosas que nos ayudarán muchísimo a evitar ataques o por lo menos a minimizar los daños a tu persona y a quienes están a tu cargo.
Planificación previa para reducir los riesgos ante un episodio violento:
→ Elegir dos personas vecinas y relatarles que has vivido situaciones de violencia por parte de tu pareja por lo cual solicitaste las ayudas institucionales que corresponden. Por eso les solicitas que si escuchan gritos o ruidos sospechosos en tu casa, llamen al 911, 144 o 137.
→ Convenir con hijos mayores, amigos, vecinos, familiares, alguna palabra o frase clave para que sepan que si las mencionás es porque estás en peligro y no podés hablar libremente. Que en caso que las escuchen deben pedir ayuda al …
→ Enseñarles a lxs hijxs pequeños dirección donde viven y marcar número de emergencia. Que puedan decir: “mi mamá está siendo atacada por…, vengan a …(dirección)”
→ Pensar a dónde podrías irte. Hablar con vecinas, amigas, familiares, que te resulten confiables y preguntarles por la opción de escapar a su casa en caso de necesitarlo.
→ Preparar llaves, documentos personales y de lxs niñxs, documentos de tu propiedad, dinero/tarjeta para pasar algunos días fuera, mudas de ropa. Dejarlo en la casa de alguien de tu mayor confianza.
→ Pensar plan para salir de la casa en caso de necesitar evitar un ataque (y en función de violencias anteriores): Imaginá cómo lo harías, por dónde, qué lugar de la casa es mejor para acceder a la salida con prontitud.
→ Avisar en la escuela de tus hijxs qué personas autorizás para su retiro, en caso que vos no puedas hacerlo.
Solicitá asesoramiento en instituciones dedicadas a la protección de las mujeres víctimas de violencia de género.
Si ya denunciaste al maltratador y te dieron medidas de restricción:
→ Cambiá la cerradura (o combinación) de los ingresos a la casa.
→ No respondas llamados ni mensajes del violento, ni des información a familiares de él o personas que supongas estén en contacto con él.
→ Avisá en escuela y lugares de concurrencia de tus hijxs de la existencia de dicha medida y quienes son las personas autorizadas a retirarlos. Si la medida de restricción que obtuviste no incluye a lxs niñxs, pedí en esos lugares que te llamen ante la aparición del violento y no entreguen a nadie a lxs niñxs.
→Si el violento está incumpliendo las medidas que se dictaron, debés informar a tu abogada/o para que presente un escrito: esto contribuye a tu protección y la de tus hijxs, y a futuras acciones, por ejemplo, puede ayudar a fundamentar un pedido de prórroga de restricción.