Preguntá: si sabés o sospechás que una amiga, familiar, compañera de trabajo, vecina o conocida está atravesando una situación de violencia, acercate, preguntale si podés ayudarla de alguna forma, por ejemplo:
→ acompañarla a algún centro de ayuda o pidiendo información por teléfono
→ acompañarla a hacer la denuncia
→ cuidar a sus hijxs cuando lo necesite
→ si está dentro de tus posibilidades, hacele saber que puede recurrir a vos e ir a tu casa ante una situación de emergencia.
Escuchá: Hacele saber que puede hablar con vos cuando necesite, que no está sola. Decile que no es su culpa, que nada de lo que ella hace o hizo es causante de la violencia que padece.
Conectá: informate sobre los números o centros de ayuda para poder conectarla en el momento en que decida dar el primer paso. También podés llamar o acercarte vos para pedir asesoramiento y orientación sobre cómo acompañarla en este proceso. En la sección Recursos podés encontrar esta información.
Respetá: Cuando una mujer está atravesando una situación de violencia, por el daño emocional y por temor, va perdiendo el control sobre las propias decisiones. Buscar la salida es una decisión difícil y lleva tiempo. Respetala, no te enojes, seguí apoyandola y acompañandola sin juzgarla, es la mejor ayuda que le podés dar. Cuando ella pueda dar el primer paso, es importante que estés ahí y que no se sienta sola.